Las castañas, a parte de ser uno de los frutos secos más típicos del otoño, son también una gran fuente de vitaminas y minerales, por ello debemos incluirlas en nuestra dieta.

Con la llegada del otoño, también llegan muchas fiestas populares como la castanyada, con un denominador común: la castaña. Éstas se pueden comer crudas, asadas o hervidas, pero siempre nutritivas.

Las castañas  se caracterizan por su alto contenido en hidratos de carbono, aproximadamente, un 40 por ciento, lo que las hace muy similares a los cereales y, sobre todo, al pan. También son ricas en minerales como el hierro, el calcio y el fósforo, y contienen más sodio y potasio que cualquier otro fruto seco.

beneficios de las castañas

Constituyen, además, una excelente fuente de vitamina B2que regula el metabolismo de las proteínas y de las grasas, y contribuye a la salud de la piel, del pecho y de los ojos, así como de vitamina PP, necesaria para nuestro desarrollo.

También contienen triptófano, un aminoácido que ayuda a conciliar el sueño. Tomar dos o tres castañas antes de acostarse, es mejor si son cocidas o asadas, de esta forma harán que se duerma mejor.

Las castañas tienen un bajo contenido en grasas, y proporcionan menos calorías que el resto de los frutos secos (alrededor de unas 170 calorías por cada 100 gramos).

La medicina natural recomienda el consumo de castañas a las personas que sufren de agotamiento físico y nervioso, de debilidad orgánica o intelectual y de anemia.

Las castañas son un excelente alimento para niños, ancianos y convalecientes. No obstante, está desaconsejado su consumo a las personas que sufren de diabetes.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *